Trump, Sanders, Hillary, Cruz y Rubio, ¿honestos o transparentes?

por Antonio Pozzi

Está bien, no estoy a la altura de mi viejo en cuanto a Estados Unidos se refiere. En un principio porque yo no sé la cantidad de cosas que él sabe, y además, no me mantengo al tanto de las elecciones presidenciales en los «States». Se me ocurrió escribir este articulito de morondanga, solo porque me dan bronca los yanquis y la burbuja en la que viven.

Seamos honestos, ¿qué persona en sus cabales podría votar a alguien como Trump o Rubio? Solo un yanqui podría. Por el mínimo detalle de que la mayoría de la población norteamericana piensa como ellos (me refiero a los candidatos republicanos). Todos están seguros que los inmigrantes son narcotraficantes, violadores, asesinos y lo peor, mexicanos. O que una buena acción de gobierno seria reinstaurar el ejército como argumenta Rubio, porque no nos podemos fiar de los árabes ni de los demócratas.

Y los demócratas no son mejores. Por ejemplo, Hillary (que podría estar a la derecha de Hitler), originalmente era republicana, pero gracias a su esposo Bill, recapacito y se convirtió en demócrata. Pero el que fue conservador, conservador morirá. Y Hillary en este caso, no es diferente. O Sanders, que si bien ofrece una alternativa entre los tradicionales demócratas y republicanos, para cualquiera fuera de la burbuja de «Yanquilandia», Sanders no tiene nada de socialista y bien podría pasar como de derecha. Pero para un estadounidense Sanders es lo más cercano a un comunista.

Yo nunca entendí el pavor de los yanquis por el comunismo. Bueno, Mccarthy contribuyo bastante. El y su «novia» J. Edgar Hoover. O el miedo al progreso. Si un político norteamericano menciona la palabra progreso, ellos gritan «It’s a Commie, It’s a commie, save yourselves!» (¡Es un comunista, es un comunista, sálvense!). Por supuesto, exagero, o quizás no. ¿Quién sabe? Trump, hace unos meses, llamo a Sanders un «Comunista/Socialista», pero no sabía que significaba, pero sonaba mal. Son unos trogloditas, híper-religiosos e híper-idiotas.

A pesar de todo, son honestos. No niegan que sean una basura y que sus propuestas sean más fascistas que las de Mussolini. Pero a ellos esas propuestas les encantan. O por lo menos casi siempre. Si el presidente electo no es republicano, lentamente se convierte en uno. Como Obama, el negro de raza más racista de la historia. Pero como dijo el actor Kevin Spacey de «House of Cards», los americanos tienen el gobierno que se merecen.

A fin de cuentas, los yanquis viven en una burbuja: Ellos son los líderes del mundo libre (ocasionaron más dictaduras que democracias). Viven en el mejor de los mundos posibles, a pesar de los asesinatos racistas y xenofóbicos, la droga y la mafia. Son pacíficos, y las guerras que provocan son por la paz mundial (como lo fue Vietnam, Corea, Irak, Afganistán, etc.). El comunismo es opresor, pero ellos no oprimen a Puerto Rico y a otros pueblos. Denuncian a los terroristas árabes, pero los únicos que han arrasado países son ellos. Y viven en el mejor país creado por Dios. Si es así, entonces Dios es facho y racista.

Carlitos Chaplin fue básicamente exiliado de Estados Unidos, donde nunca se aprecio su arte por ser comunista. En Inglaterra es básicamente una figura nacional ¿Cómo puede ser que en Inglaterra, donde todavía reina la Monarquía idolatre a un comunista como Chaplin, y Estados Unidos, Democracia, lo odie?

Todo esto es el producto de la ignorancia de un pueblo, que ha dividido el mundo en dos.