Me sorprenden las grandes epopeyas criminales de la Asociación del Crimen Organizado, conocida vulgarmente como FIFA. Y eso que estoy de buen humor y no voy a mencionar a la CONMEBOL, a Boca y su barra ni a las diversas asociaciones de futbol latinoamericano. Como muchos sabrán los Estados Unidos han llevado a cabo una serie de investigaciones contra la máxima asociación del futbol mundial, sacando a la luz varios chanchullos y problemas de corrupción (y que no vengan con la excusa de que son cleptómanos y tenían que aceptar el soborno de millones de dólares). Ahora lo irónico es que la denominada “Copa Centenario” se llevara a cabo en Estados Unidos. Si miramos hacia unos meses atrás, cuando se designaron las sedes de los próximos dos mundiales (Rusia y Qatar, respectivamente) se puede ver que ahí hay algo raro. ¿Quién votaría a dos países tan ajenos al futbol? La respuesta es más que simple. Rusia y Putin tienen mucho dinero y armas nucleares. Qatar y sus jeques tienen mucho dinero, petróleo y terroristas. La respuesta queda en dos puntos: el manejo de influencias y el dinero. Con Estados Unidos, y su designación como sede para la próxima Copa América o “Centenario”, pasa lo mismo que en Qatar o Rusia. Excepto que aquí no hay dinero de por medio sino el prestigio de la institución FIFA. Todo esto no es más que una hipótesis y todo deducido por la rareza de estas designaciones y por el presente y pasado también, oscuro de la FIFA.