por Antonio Pozzi
En los últimos meses, desde diciembre para ser más exactos, se ha desarrollado una especie de movimiento llamado “La Resistencia”, difundido y defendido, también, por los diversos frentes de izquierda (que se mantendrán anónimos, en defensa de su integridad física e intelectual, suponiendo que la tengan ¿no?) excepto por los progresistas, los únicos sensatos. Ahora mi pregunta es ¿Contra quién “resisten”? ¿Contra Macri? El tipo no lleva seis meses en el gobierno y ya despotrican y “resisten” contra él y sus políticas de ajuste. No soy macrista ni mucho menos, pero creo que Mauri por lo menos se merece algún tipo de defensa, porque honestamente, cualquiera de los candidatos a presidente que se presentaron habrían ajustado, incluso Del Caño. No queda otra. Entre Menem, De la Rúa, Y los K nos han dejado los bolsillos vacios. Pero ese no es el punto, el caso es por que resisten ahora y no resistieron contra el gobierno neonazi de los K. Que ajustó, robó, y asesinó. De tal manera que la ex presidenta Kristi, ha sido llamada ante la justicia por lavado de dinero, esto es insólito.
Pero… ¿Dónde está la “Resistencia”? ¡¡¡Dónde!!! Yo no la veo. Lo único que han hecho es hacer quilombo frente a la embajada brazuka, en símbolo de protesta contra el golpe institucional en Brasil y en forma de apoyo a los trabajadores franceses. ¡¡¡Vamos!!! Era el Primero de Mayo en la Argentina ¿En qué momento van a expresar apoyo a los trabajadores argentinos? ¿Cuándo? Ósea, está bien, ¡Vive l’ Internationale! pero nosotros tenemos nuestros propios problemas existenciales, porque tenemos que preocuparnos por los problemas existenciales de otros países, si lo primordial ahora es el nuestro.
No transmiten nada, no apoyan al obrero. Tanto hablar de los trabajadores, pero no sienten sus problemas, no los defienden, no ofrecen soluciones.
Bue dejando la izquierda de lado, hablemos de la triple A argentina, los K, y su “resistencia”. Pero la suya es mucho más entendible. Yo también estaría enojado si Macri me pintara la cara en las elecciones presidenciales. Pero, como puede ser que sus “referentes políticos”, como lo son Mínimo K y Axel, se queden dormidos en una sesión de la Deshonorable Cámara de Supuestos Diputados, o que le digan a María Eugenia Vidal que “es una chica linda, que se cuide de la trata de blancas”, o que Kris en vez de preparar su defensa en el juzgado se dedique a hablar pestes de Macri y a envidiar secretamente a Juliana Awada.
Evidentemente vivo en un circo, en donde a todos les importa un soberano el futuro de nuestro país. Mafalda dijo una vez que “el problema no es adónde vamos a parar, sino adónde vamos a seguir” Evidentemente, no vamos a parar en ningún lado, porque vivimos en un barril sin fondo, y vamos en picada, y nada nos puede detener. Los argentinos tienen el gobierno que se merece ¡La pucha!
Yo no lo entiendo. Aparentemente no aprendemos. Hace más o menos 60 años que los peronistas vienen ganando las elecciones en nuestro bendito país, y no entendemos que los peronistas nos han dejado en pampa y pelotas, y de todas maneras los seguimos votando. Ósea, nada de sentido común tenemos. Menem era peronista, dejo al país al borde de una suprema crisis financiera y social (que por supuesto la culminaron los radicales), y de todas maneras en el 2003, en las súbitas elecciones presidenciales, le ganó la primera vuelta a Néstor K (también peronista), pero el oriundo de la Rioja decidió no presentarse al final. Entre pitos y flautas, un peronista iba a ganar seguro.
Volviendo al principio ¿Por qué resisten ahora y no antes? Macri no lleva seis meses en el gobierno, no sabemos qué corno piensa hacer con nuestro país. La resistencia no es ahora, era hace cuatro años, cuando el neo nazismo argentino volvió a vencer una vez más.
A los radicales no se les puede decir nada, porque nunca terminaron un mandato (excepto por Irigoyen que finalizó el primero y después a llorar al campito).
Evidentemente los argentinos no aprendemos. Según los filósofos de la Ilustración el conocimiento se adquiere por la experiencia y el uso de la razón. Ósea que no razonamos y la experiencia no nos sirve de nada.