La izquierda unida

por Antonio Pozzi

En la Argentina hay varios frentes de izquierda (quizás demasiados), el FIT, el PO, el PTS, los Progre de Margarita Stolbitzer, etc. Ninguno de ellos saca más del 7% de los votos. Y como van siempre como un frente único e independiente de cualquier otro, pierden abismalmente dejando así paso a la abyecta derecha argentina. Ahora, si todos estos frentes de izquierda se unieran para formar uno solo, podrían pasar la barrera del 10% de los votos. Así ganarían más gente en el Congreso, en la Cámara de los Diputados, etc. De esta manera podrían recolectar incluso más votos en la siguiente elección.

Un día le pregunté a mi viejo: «¿Por qué no hacen eso?». «Es muy simple», dijo, «si ganan el 10% de los votos o más incluso, ¿quién va para diputado o senador? ¿Alguien de los progresistas, del FIT? ¿Qué frentes tendrán prioridades sobre otros? Todos quieren algo, son ambiciosos y egoístas, por eso acá no hay izquierda unida». Tenía razón, desgraciadamente.

Hay que ver que la Argentina es un país curioso. Aquí, la Confederación General del Trabajo (CGT) es peronista (ósea de derecha, diga lo que diga el otro 40% de los argentinos), y sus dirigentes bien podrían ser el elenco de El Padrino 4. El PC argentino (hoy casi extinto) apoyó al gobierno «peronista» y neoliberal de los Kirchner. Nuestra mayor fuerza de izquierda es el FIT, que es recontra «soft». Seguimos votando a los peronistas (incluso después de Menem) que se han dedicado a garcarnos desde que Perón decidió que estaba cansado de realizar golpes de estado, así que decidió presentarse para la presidencia de la República argentina (por medio del sufragio universal, no se preocupen). Y los sindicatos docentes son unos ladrones y mentirosos de primera. Tomemos el ejemplo de mi madre, que es docente de la UEPC (Unión de Educadores Por Córdoba, que además también son peronistas), quien no ha hecho más que garcar a mi madre y a sus compañeras, porque no las defienden, marginando así a miles de trabajadoras y trabajadores.

La izquierda acá es un chiste. No existen, son unos «pechos fríos». Ellos luchan por los derechos de los trabajadores, pero nunca explican cómo van a acortar la deuda externa argentina de miles de millones de dólares, o qué van a hacer con los que no trabajan, o con el problema de las drogas (una buena resolución sería echar a Anibalito Fernández del país, por ejemplo). No tienen una idea clara (excepto Stolbitzer). Van a las manifestaciones feministas como la de Ni una Menos, pero no dicen qué van a hacer con la seguridad del país. Puede ser que sí tengan una idea clara en la cabeza, pero no la quieren exponer, no sé si por imbéciles, o por tímidos, o porque no quieren ganar. Y lo peor es que defienden a Milagros Sala, que no solo tiene más plata que toda la izquierda unida, sino que es una ladrona (y no la acuso por ser «colla» como dice ella).

Buscamos un mismo fin, la justicia, los derechos de los trabajadores (por lo menos garantizados, no como Moyano que promete pero nunca nada llega), la igualdad social y un mundo mejor.

Unámonos que juntos PODEMOS (como los gallegos). ¡Viva la Internacional!

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